El talismán favorable para el signo Aries
Cada elemento componente de la Tierra tiene un propósito, nada está aquí por azar. La sabiduría
cósmica ha previsto todo lo necesario para que hagamos uso de ellos teniendo conciencia de su
influencia en nuestras vidas. En particular, para cada signo del zodiaco, existen cristales, cuarzos y otras
piedras, entre preciosas y semipreciosas, que aportan, reflejan o extraen energías de diversas
naturalezas. A continuación hablaremos sobre cuáles son estas piedras que habrán de portarse como amuletos,
trayendo suerte y desviando los maleficios que pudieran acaecer en contra de Aries.
Cuarzo rosado, un amuleto para Aries
Puesto que Aries es un signo de fuego, entre los cristales y piedras que le proporcionan beneficios están
la pirita, el jaspe rojo, el rubí, el ágata de fuego, la lluvia de oro, el ojo de tigre, el cuarzo rosado y el
cuarzo de sangre. En esta ocasión hablaremos del cuarzo rosado.
En esta piedra el universo ha vertido una colmada tonalidad de vibraciones tranquilizadoras. Gracias a la
baja frecuencia de sus ondulaciones es un cristal que se utiliza para restaurar la armonía a través de la
meditación. Aries, al utilizarlas en forma de amuletos, sentirá cómo las partes oscuras de su vida se van
despejando; se restablecerá ese equilibrio interior que tanto ha estado necesitando. En épocas de crisis,
este tierno cristal, traerá la paz.
La mayoría de las necesidades insatisfechas que perviven en Aries surgen de una artificial relación con el
todo. El cuarzo rosado arranca los prejuicios que impiden disfrutar del sentimiento de realización
personal y reflota la verdadera voz del yo interior. Luego tranquilidad y calma. Los senderos tortuosos y
agobiantes se manifestarán bajo una nueva forma más placentera.
Este talismán, en las manos de Aries ampliará los límites del amor, propiciando el reencuentro con
aquello que paulatinamente se fue perdiendo en su vida. El cuarzo, en general tiene efectos benéficos
sobre los nervios alborotados durante una temporada muy turbulenta de la vida. En estas circunstancias
actúa como sumidero en cuyo interior van a dar todas las vibras perjudiciales que se han asentado en el
cuerpo de la persona.
Compañero fiel en todas las vicisitudes de la vida, el cuarzo rosado, cual ser vivo que respira y se
alimenta, necesita descargar el aura negativa que ha extraído de las entrañas de Aries. Por ello requiere
de un procedimiento de neutralización, mediante el cual disipará lo malo que ha ido acumulando, para
luego recargarse con las energías masculinas revitalizantes del sol y las vibras femeninas, emotivas y
amorosas.
Cuando Aries se decida por adquirir su primer cuarzo rosado, que utilizará como amuleto, no tendrá que
preocuparse por si podrá elegir el más adecuado. En este trozo de cristal, inerte y vacío al principio, irá
vertiendo parte de sí mismo y a su vez, éste tejerá lazos que habrán de perdurar hasta el final de sus
años; no tendrá que preocuparse por elegir el más adecuado porque será el cristal el que lo elegirá a él.