Veamos cómo es Géminis en el amor y el sexo

La persona de Géminis no pasa desapercibida. Cuando entra a formar parte de un grupo, llega zumbando, chirriando y danzando como un actor de teatro. Rezuma siempre ágiles movimientos, derrochando energías e impregnando con ella a cuantos haya por ahí. Disfruta haciendo que un ambiente se torne más interesante; siembra conversaciones animadas y cosquillea las palmas de manos y pies, incitando a la acción física. Con su forma de hablar se vuelve el centro de atención; agitando las manos, señalando, apuntando, dibujando y realzando lo que dice en palabras.

¿Cómo se comporta Géminis en el terreno amoroso?

Lo más resaltante de su carácter es su dualidad de personalidades, no necesariamente bipolar. Por un momento dan la impresión de ser de un modo definido, con gustos y pareceres bien marcados; luego, no mucho tiempo después, te sorprenderán rompiendo los esquemas mentales que te has formado de ellos. Cambian de experiencias continuamente, buscan sin cesar historias que todavía no se han vivido. Siempre hay algo interesante que aprovechar en las inmediaciones de Géminis.

Géminis no se enamora en la pasividad, en el silencio de las miradas sugerentes. Aunque la ley de atracción de complementos termine teniendo la última palabra; Géminis prefiere una relación muy dinámica, en la que corran balas de fuego, avivadas por el aire, su elemento. Aletean a gusto en un nido de actividades diversas, participando en todas ellas en simultáneo. Del mismo modo, tienen tendencia a ser infieles, a vivir vidas múltiples; a engañar y engañarse a sí mismos.

Lo mejor para Géminis: el amor

Estar enamorado, para Géminis, es el estado en el que mejor se realiza. Entregan mucho afecto, susurran palabras encantadoras al oído, brindan caricias amorosas; despliegan en torno al ser amado una atmósfera romántica. Urden con inteligencia tretas y formas interesantes de cortejar, con las que empalan a su víctima, quien es el objeto de su deseo. Aunque con Géminis, las relaciones no son formales, hay que estar preparados para más de una historia de infidelidad.

Coqueteo, diversión, travesuras y muchos juegos. La relación amorosa con Géminis es prometedora, por lo menos en el corto plazo. Géminis nunca cierra sus opciones, deja siempre algunos cabos sueltos por donde huir si le es necesario. Cuando una relación se torna agobiante y cerrada, hace uso de los elementos que tiene a la mano y desaparece cual prestidigitador embustero.

Sin embargo, incluso sabiendo cómo son, uno no puede resistirse a los encantos de un Géminis. En su vivaz mirada, con brillos radiantes y hechiceros, se descubre mucho amor verdadero. Muy imaginativo y diestro en el arte de hacer el amor. De modo que, si lo que se quiere es conservar a un Géminis, se debe velar por que la relación no se torne monótona o, de lo contrario, las emociones que sentían al principio se irán desvaneciendo.

Hemos de mantener siempre una actitud de dignidad con un Géminis; no permitir que su trato distante, cuando ha perdido el ardor de la pasión inicial, nos socave más de lo debido. Por lo general, el que pretenda marcharse, no será culpa de uno sino de su propia naturaleza. Solo la experiencia y sus muchas correrías conseguirán emplazarlo definitivamente.